viernes, 5 de noviembre de 2010

Los sucesivos escándalos sexuales de Berlusconi están desprestigiando Italia

Berlusconi desnudo acompañado de varias mujeres en su mansión de Cerdeña en Junio de 2009
Tras sus controvertidas y fotografiadas fiestas eróticas con jovencitas en "Villa Certosa" durante el pasado año, en el que se le vinculaba con delitos de soborno y prostitución y que le costaron el divorcio de su segunda mujer, Verónica Lario, Berlusconi vuelve a protagonizar un escándalo sexual relacionado con sus fiestas en su casa de Cerdeña.

La joven marroquí Ruby R. afirmó la pasada semana haber participado en algunas de sus fiestas eróticas cuando tan sólo tenía 17 años. Tras estas declaraciones otras dos prostitutas aseguraron haber mantenido relaciones con el primer ministro italiano a cambio de dinero y joyas. Además aseguran la presencia de drogas durante las celebraciones.


Por si esto fuese poco, Silvio Berlusconi declaró en su defensa que era mejor mirar a una chica guapa que ser gay. Este comentario homófobo ha puesto de manifiesto el exceso de machismo y la falta de igualdad que todavía reina en la República Italiana. 


Para los líderes de la oposición italiana y el colectivo homosexual de este país esta ha sido la gota que colma el vaso. No sólo se está atentando contra la dignidad de las mujeres y los homosexuales, sino que se está dejando en evidencia al país frente a Europa y al resto del mundo. 


La vida privada de Berlusconi está eclipsando su actividad política y desprestigia la imagen de Italia. Somos lo que aparentamos ser, lo que los demás ven de nosotros, y el primer ministro italiano parece no darse cuenta de que los sucesivos escándalos que viene protagonizando en los últimos años no sólo lo deshonran y denigran a él, sino al resto de sus conciudadanos y al propio país frente a la opinión pública mundial. Tal vez vaya siendo hora de que "Il cavaliere" abandone la presidencia del consejo de ministros italiano, de este modo las prácticas poco ortodoxas que lleva a cabo es su vida privada le afectarían únicamente a él y a su reputación, y no al resto del país.

Si se es un personaje público es fundamental cuidar al detalle la imagen que se proyecta sobre la opinión pública y, desde luego, evitar cualquier tipo de vinculación con escándalos relacionados con sexo, menores, abuso de poder y tráfico de influencias. Esta necesidad se agrava si el individuo no es sólo un figura pública, sino un político, y además primer ministro, con lo que se convierte en representante del país, de su imagen y sus valores.

Parece que, una vez más, "Il cavaliere" se ha olvidado de que todo comunica y que en el mundo político la imagen lo es todo, y que ni con todo el dinero del mundo podría encontrar un profesional de la comunicación capaz de hacer frente a este desastre. Berlusconi retírate.

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